Antonio Capapé

Hoy no se ha jugado un partido de baloncesto. Francia, con su seleccionador a la cabeza, ha asesinado el partido. No han jugado sus estrellas, no han estado intensos en defensa, no han hecho nada. ¿Y todo por un hipotético cruce con Lituania en semifinales? Pues bien Francia, te mereces que te eliminen en cuartos.

Gracias, en cambio, a España y a Scariolo, que han decidido, lo que parece evidente que debe hacerse:  jugar, ir a ganar y ser primeros de grupo. Hasta Rudy, en la entrevista que le ha hecho La Sexta al final del partido parecía sorprendido de lo que  había hecho Francia.

El partido, tan esperado por todos, ha sido una decepción, pues si bien se ha ganado, a todos nos hubiese gustado ganar bien o enfadarnos  si hubiésemos perdido jugando mal y hablar del juego de la selección.

Esto no le hace ningún favor al baloncesto. Imaginad por un momento que alguien se hubiese acercado hoy a nuestro deporte, a ver un partido a priori interesante. ¿Volverá a ver un partido? Quizás no, porque hasta los menos entendidos hoy se habrán dado cuenta de la poca vergüenza del equipo francés.

Y dicho esto, que a gusto me he quedado. Ahora a esperar a nuestro rival.